jueves, 1 de diciembre de 2011

Ejercicio sobre Macbeth de Shakespeare con dirección de Alberto Lomnitz


Hace unas semanas vi Macbeth de Alberto Lomnitz y Ricardo Esquerra en La Capilla. Desde entonces pienso mucho en ella, sobre todo porque mientras la veía quise salirme. Y recordé que Alberto Villarreal, mi profesor en la Facultad de Filosofía y Letras, alguna vez preguntó al grupo cómo podríamos mejorar un ejercicio visto, así que creo que sería cosa buena hacer lo mismo con las obras que vea y empezaré con ésta. 

Primero hay que decir que el montaje es un espectáculo unipersonal, lo que considero el mayor desacierto. Las obras de Shakespeare tienen muchos personajes y es verdad que muchas adaptaciones han reducido el número de personajes en ellas y la cantidad de actores necesarios para interpretarlos pero en este caso no resulta ni funcional ni congruente. En esta puesta algunos personajes adquieren dimensión escénica a través del proyecciones en vídeo. Otros son escenificados a través de títeres: títeres de forma abstracta (como un saco pequeño hecho de tela); y títeres de forma concreta (como unos huevos con ojos y boca, según recuerdo). En otra ocasión Esquerra hace 4 personajes a la vez; no se cambia el vestuario, la diferencia entre ellos son su gesto, su voz y su ubicación física en el escenario. Esta elección deriva en un montón de trazos y carreras que el actor debe realizar para desplazarse que ensucian la escena y aturden al público (por lo menos a mi y a  acompañante nos aturdió). Para crear el personaje de Lady Macbeth, Esquerra se traviste: recurre, en primera instancia a una falda, tacones, labial rojo y voz “femenina“. Debo decir que apareció una mujer transexual en la ficción.

Segundo, la obra se sitúa en dos épocas diferentes, incompatibles entre si, porque no se trabaja para tender un puente entre ellas, ni para significar posibles puntos colindantes: el montaje abre con Macbeth vestido como ejecutivo y en un edificio corporativo en la Ciudad de México, después de su encuentro con las brujas la acción se reubica en la época histórica fijada por Shakespeare para esta obra. Creo que este punto se resolvería situando la acción en una sola época.

Tercero, el uso del vídeo en este montaje es indeterminada. El vídeo se usa a veces para mostrar el espacio ficcional, a veces para crear atmósferas y a veces para llevar a escena personajes, (e igual que ocurre con los títeres, hay personajes abstractos y personajes  concretos que nada tienen que ver los unos con los otros). Este punto se solucionaría estableciendo claramente la forma en que el vídeo va a usarse siempre procurando que la significación resultante colabore con el discurso que el director ha proyectado para el montaje.

Esas son mis observaciones sobre Macbeth de Alberto Lomnitz. Y si alguno de ustedes vio la obra, me encantaría leer sus comentarios sobre ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario